¿Quién se acuerda de los caídos?
Tres y media de la madrugada del 20 de diciembre.
Recién llegado de Villa María, hago el único post del día.
El único que quería escribir.
Preguntar: ¿quién se acuerda de los caídos?.
Algunos se acuerdan siempre.
Por mi parte... en estos días (creo que será de por vida), por alguna razón que ignoro... siempre me veo sorprendido y con lágrimas que me niego a aflojar cuando -de paso por Buenos Aires- me detengo unos minutos en silencio en la esquina donde cayó Gastón Riva. A metros del Tortoni... por la Avenida de Mayo.
Una placa y un casco. A veces flores frescas, a veces flores nuevas.
Me detengo y pienso. Me detengo y -casi- lloro.
Ahora estoy muy lejos, en mi provinciana ciudad que no se incendió como esa Avenida que transité en días oscuros y claros. Pero siempre que viajo me termino encontrando casi de casualidad con el lugar del caído.
No pregunten el por qué de este post. No conocí a Gastón (no en vida), pero me impresionó su muerte absurda.
A lo mejor porque yo mismo, muchas veces, me vi corriendo por avenidas, a veces piedra en mano.... ahogado de gases, huyendo de los perros (y municiones) ansiosos de carne. La diferencia es que estoy aquí, escribiendo este Post.
Descansa en paz, Gastón Riva.
Que precioso don, la memoria.
Recién llegado de Villa María, hago el único post del día.
El único que quería escribir.
Preguntar: ¿quién se acuerda de los caídos?.
Algunos se acuerdan siempre.
Por mi parte... en estos días (creo que será de por vida), por alguna razón que ignoro... siempre me veo sorprendido y con lágrimas que me niego a aflojar cuando -de paso por Buenos Aires- me detengo unos minutos en silencio en la esquina donde cayó Gastón Riva. A metros del Tortoni... por la Avenida de Mayo.
Una placa y un casco. A veces flores frescas, a veces flores nuevas.
Me detengo y pienso. Me detengo y -casi- lloro.
Ahora estoy muy lejos, en mi provinciana ciudad que no se incendió como esa Avenida que transité en días oscuros y claros. Pero siempre que viajo me termino encontrando casi de casualidad con el lugar del caído.
No pregunten el por qué de este post. No conocí a Gastón (no en vida), pero me impresionó su muerte absurda.
A lo mejor porque yo mismo, muchas veces, me vi corriendo por avenidas, a veces piedra en mano.... ahogado de gases, huyendo de los perros (y municiones) ansiosos de carne. La diferencia es que estoy aquí, escribiendo este Post.
Descansa en paz, Gastón Riva.
Que precioso don, la memoria.
1 comentario
Gabriela -
un abrazo y felicitaciones por este espacio tan nutrido que has construido.