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arturomoya

Uno menos... [pero quedan...]

En la línea del post anterior, cabe dar un cierre a la historia.

Como todos nos hemos enterado por los medios, una bala calibre 11.25 fue la salida elegida por el violador serial, para no enfrentar a la justicia de los hombres. [De la justicia divina no hablo, porque todo depende de a qué divinidad sucribe cada uno.. si suscribe).

Un violador menos, sexualmente hablando (ya que podríamos hablar de quienes violan la Constitución, la confianza, etc.).
Uno menos, pero quedan.

Es inevitable que ahora -luego del desenlace, que se adivina fatal- pueda pensar con un poco mas de calma sobre el tremendo hecho sociológico que involucró a toda la sociedad. La aterradora amenaza de un violador serial atormentó durante meses a mujeres (y también a hombres) de Córdoba... pero ahora, ya tiene nombre y apellido: Marcelo Mario Sajen.
Eso dirá su lápida. Y todos recordaremos su rostro.

Pero.. ¿saben qué?
Hay otros, muchos otros violadores seriales que fueron (son) además asesinos seriales.
Hombres oscuros, sin nombre conocido. Agentes de fuerzas especiales durante la dictadura. Torturadores profesionales. Violadores de mujeres y hombres maniatados en chupaderos. Sometidos para ser quebrados, antes de ser asesinados.
Si tienen estómago, lean (o vuelvan a leer) el Informe Sábato.

Esos hombres, como digo... no tienen nombre. Son.. El Negro, El Turco.. y tantos otros.
Ahora -la mayoría- son ancianos. Algunos habrán muerto.

Violadores seriales, asesinos seriales, impunes por las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final.
Seguro hacen la cola con vós en el supermercado o en la panadería (como adivino de dos extraños vecinos, cuyo olor a muerte los persigue aún en primavera).
Son tus vecinos o los míos. Ancianos a los que cedemos el paso, y que se sienten tan seguros de su impunidad, que nunca se dispararán un tiro con el arma que seguramente guardan en un ropero.

Murió Marcelo Mario Sajen. El Violador Serial.
El más conocido. Un psicópata sexual que tuvo la fortuna de vivir su patología en Democracia.
Hace unos años, probablemente... habría integrado algún grupo de tareas, y sus acciones hubieran sido casi, casi... "un servicio a la Patria".

Las víctimas sin justicia de los centros clandestinos de detención, probablemente no supieron nunca el nombre de sus bestias de caza.

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La noticia despertó estos recuerdos. Y otros mas personales, que los guardo para mí... y para quienes puedan entenderlos.
La memoria se despierta conmigo, cada día. Cada día.

2 comentarios

Merovingio -

Guau! Está fuerte el post!. Te pega en donde más te duele... nos hace recordar...

Silvia -

Como siempre, la palabra precisa nos deja sin palabras. La memoria sigue hablando...