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arturomoya

El conflicto universitario ¿llegó a su fin?

Todavía estoy tratando de digerir algunas cuestiones sobre el perceptible e inminente fin del conflicto universitario público... (en realidad, la suspensión de ciertas medidas de fuerza...) pero el conflicto, como todos los conflictos que no se resuelven... seguirá latente, y volverá a estallar en algún punto.

Hoy miércoles, con una nueva Asamblea general en Córdoba, tal vez quede aplacado el intento reivindicativo, y las lecturas seguramente serán muchas. Para muchos compañeros docentes, esto ha sido un triunfo. Se obtuvieron algunas migajas y fundamentalmente "promesas" (!) de que la situación (no solo la salarial) mejorará... algún día. Mi punto de vista personal tiende a verlo como derrota, en más de un sentido. Y en particular no puedo dejar de recordar algunas cosas:
- la traición histórica de la dirigencia de Anahí Fernández en CONADU, firmando un acta acuerdo a espaldas de los trabajadores docentes, sin consulta a las bases y saliendo luego a los medios a declarar casi, casi como si fuera un funcionario del Ministerio de Economía.
- las modalidades "innovadoras" de medidas de fuerza que implicaban seguir dictando clases como si nada pasara, y además disfrazar eso de "clase pública" combativa y etc., etc.
- el autismo de algunos compañeros de otras Facultades que hasta tuvieron el "tupé" de arrimar mandatos diciendo que ellos "levantaban el paro, independientemente de lo que resolviera la Asamblea general".
- y podría recordar varios etcétera mas...

Triunfo o derrota... las caracterizaciones poco importan tal vez, a esta altura. Los derrotados no son solamente los bolsillos de los docentes universitarios, sino las esperanzas de poder operar sindicalmente (como hace mucho tiempo no se hacía) con un esbozo de democracia de base, con consultas en Asambleas y respeto de mandatos.

Seguramente, luego del silenciamiento y progresivo retorno a las aulas que surgirá luego de estos escenarios, muchas cosas seguirán "como era entonces"... y la Universidad volverá progresivamente a calentarse. Lo que arde por debajo no se apaga con promesas, agachadas ni traiciones.

Pienso que ojalá algún día, aprendamos -como colectivo social- que ser docente es algo más que sostenerse en la inestable capa de las clases medias ilustradas de una sociedad que se hunde, y seamos capaces de reconocer en conjunto que somos también "Trabajadores". Y actuemos como tales.

A lo mejor, desde ese otro lugar se puedan conseguir algunas dignidades.

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