Otra forma de Aikido...
Una antigua lesión de columna se ha hecho sentir desde ayer. Las lumbares duelen, y mis movimientos habituales son lentos y pensados. Ya va a pasar. Siempre ha pasado.
Se parece en algo a un ataque de "ciática", pero es otra cosa. Mas sorpresivo, más engañoso el dolor. A veces pasa, luego vuelve. [Y bueno, es que los años no vienen solos, ¿no?. El dolor es consecuencia directa de juegos inapropiados con una sobrina inquieta. Ambos lo disfrutamos en su momento, así que a no quejarse -demasiado-].
A causa del dolor, ayer no pude realizar mi práctica marcial de los lunes. Realmente era arriesgar demasiado el cuerpo.
Hoy, que el dolor no cede, y adivino todavía un par de días conviviendo con él, se me viene claro a la mente que estas horas son de práctica también. De otra manifestación del Aikido...
Es imposible, en Aikido, realizar ninguna técnica sin aceptación inmediata de lo que sucede. No se trata de "pensar" la técnica, sino de no cuestionarla. Viene tal golpe, entonces el conjunto mente-cuerpo-espíritu va a reaccionar de cierta manera. Allí reside la eficacia.
Ahora, conviviendo con el dolor de espalda, sé que puedo continuar practicando todo el día. Aceptando el dolor, no cuestionando sus razones. Aprendiendo de él.
3 comentarios
Conocete a ti mismo -
Hace años que no practico el Aikido. Demasiados.
A veces leo con nostalgia en este bendito invento de los blogs, sobre afortunados que si que practican este arte, y mi imaginación anticipa el momento en que ya entrado en años, y liberado de mis responsabilidades familiares, vuelva a practicar.
Mientras, mis trajes, mi hakama, mi boken y mi tanto, duermen olvidados en el trastero.
¡Como echo de menos esos dolores de la práctica que llenaban mi cuerpo en los cursos intensivos de Aikido!
Por lo menos, en la soledad de la madrugada, en mi casa de España y antes de que se despierten mis niños y mi mujer, hago zazen cuando puedo (también echo de menos los sesshin).
¡Aprovecha el momento, Arturo!
Un abrazo desde España.
Juan
diego -
Gabriel -